Estambul: decepción

Uno de los conciertos más multitudinarios de este último tercio de la gira. Estaba muy emocionada, ya que sólo había estado en Turquía una vez, pero el público me acogió con los brazos abiertos. Era increíble que tanta gente quisiera verme interpretar mis humildes canciones. Y era agradable pensar en el pellizco que me llevaría, especialmente después del asunto de Chari y mis plantas.

Con todo el ajetreo de estos días y la preparación del nuevo número de It's Pop Madrid se me olvidó revisar el repertorio para la actuación. La verdad es que últimamente había vuelto a encarrilar la carrera después de superar la fase de prueba del nuevo sistema de conciertos, a pesar de tener pocas canciones en el repertorio. Llegué a la conclusión de que valía más la pena tocar pocas canciones y nuevas, que seguir interpretando esas viejas glorias del primer single. ¡Ya no había quien se las tragara!

El caso es que subí al escenario con mi guitarra y mi armónica. La gente estaba entusiasmada. Creo que a algunos les da morbo el traje verde de enfermera... no es el de latex, pero bueno. Toqué la primera canción, hasta allí todo bien. Pero entonces leí los títulos que seguían y me quedé aterrada: había traído un diseño antiguo y ya no recordaba ni siquiera cómo tocar "las viejas glorias".

Qué vergüenza tan grande, por favor. Toda esa multitud con cara de póker, jurando y perjurando que no volverían a pagar ni un euro para verme aporrear la guitarra de esa manera. Parece ser que las pocas canciones nuevas que pude improvisar acabaron conquistando a un sector del público, pero creo que tendré que mejorar mucho para la próxima vez dar un ben espectáculo en este país.

¡Qué vergüenza!