sábado, enero 20, 2007

¡Maldita sea!

Me acabo de enterar de que alguien ha limpiado mi apartamento de Barcelona. Me preocupé de la alarma antiincendios pero no de la antirobo. Nunca pensé que nadie quisiera robarme, tampoco es que sea precisamente rica...

Pero se da el caso que con todo el rollo este de las plantas que había recogido en total sí tenía un buen botín en mi casa. Bien, era un buen botín para un farmacólogo o para alguien que no sea rico. Para Chari Maestre era una manera de putear, ya que ella ni va a hacer medicinas con ellas ni las va a vender para sacarse dinero.

En Madrid encontré alguien interesado en las plantas, se las vendí a un buen precio. Bueno para él y para mí. Los madrileños andan mal de salud, puede que de esa manera alguien saliera beneficiado de nuestra transacción. Pero está claro que hay otros que se miran sólo el ombligo, gente a la que todo les importa tres carajos. Unos estudian farmacología para curar, aún sin ser médicos formalmente; otros se pasan horas en el campo recogiendo plantas... y otros gastan las horas estudiando cómo rebentar cerraduras y echar por el retrete todo el trabajo de gente que ni siquiera se ha cruzado nunca en su camino.

Viva la racionalidad.

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